jueves, 10 de julio de 2008

Política Generacional

En los proyectos de infraestructura es común tomar por vida útil de un sistema, 25 años, equivalentes a una generación. Cuatro generaciones cubren un siglo, cuatro ciclos de manchas solares, también.
Los que nacimos a mitad del siglo pasado, hemos vivido el equivalente a dos generaciones, y estamos en los terrenos de la tercera, y probablemente la última que nos corresponde, de acuerdo a los promedios de vida que maneja el INEGI.
De tal manera que tenemos una apretada agenda de asuntos por atender, de cara a los cambios que vive el mundo y que lo han convertido en un escenario bastante distinto al que conocimos en la remota niñez.
Es prudente mencionar que no existe pesimismo, ni ánimo de tránsfuga al hacer estos planteamientos; simplemente es sano tener presente la realidad, en términos generales.
La reconfiguración financiera, política y militar del mundo, continuará por la sencilla razón de que existen demasiados desequilibrios, los suficientes como para que las aguas continúen agitándose y se agregan otros condimentos a ese sancocho, como son la crisis alimentaria, los biocombustibles, cuyos residuos son cuantiosos y contaminantes también (vinazas por ejemplo) y el cambio climático o etapa interglaciar como lo empiezan a denominar algunos eruditos del tema.
Más de medio siglo ha transitado nuestra generación por éste sufrido planeta y hemos dejado profunda huella, un buen huarachazo ambiental.
Por eso es buena noticia que las autoridades de los tres niveles de gobierno emprendan una campaña de reforestación, y lo más urgente, que se ponga un alto definitivo a la explotación irresponsable de los bosques.
No hay monte que hayan pelado desde los años setentas a la fecha, pero de reforestación, nada.
La selvicultura y la industria forestal, son negocios prósperos en muchos países del mundo, sólo en México no sabemos cuidar y repoblar los bosques y si trata de bosques urbanos, son considerados casi como enemigos de la humanidad o del homo urbanus, con actitudes de depredación propias del presapiens.
Parte de la sensación térmica en el ambiente urbano es resultado de la deforestación en las urbes y la ausencia de pulmones al interior de las ciudades.
Veinticinco años por delante son muchos, y el motivo de ésta reflexión es precisamente que aún hay tiempo para que hagamos algo a favor de las generaciones que nos relevarán y dejarles un ambiente más sano, el esfuerzo vale la pena y sobre todo podamos partir con un mínimo de pendientes existenciales.
Es por demás clara y notoria la diferencia entre quienes aterrizamos en la época comentada y los chavos de las coladas mas recientes; son más despiertos y algunos con una visión mas definida del rumbo que le pretenden dar a su vida, es común escuchar el comentario en el sentido de la inteligencia sorprendente de los chicos del siglo XXI.
¿Qué opinión tendrán de nuestra generación?
Es una pregunta áspera y poco diplomática; pero, ¿acaso no suele ser un deporte favorito de muchos hijos enjuiciar a los padres y después preguntar?
La autocrítica nos ofende y molesta, no es elegante y la desechamos por incómoda, pero cuando se trata de criticar a terceras personas, los padres, progenitores, donadores de genes, los paganinis, o como les quiera llamar; son las primeras víctimas del juicio sumario como ejercicio obligado del libre albedrío. Cuestión de generaciones.
¿Estamos listos para enfrentar el juicio de las generaciones nuevas?
Los jóvenes suelen enjuiciar con el doble concepto de que no se han equivocado por ser jóvenes e inexpertos, pero tienen un bagaje teórico de lo que de ser. Algún día fuimos jóvenes también, e hicimos juicios incendiarios contra todo lo que no era grato a nuestros gustos y criterios.
Entonces en esta transacción generacional, no podemos cambiarlo todo, porque no está en nuestras manos, no somos absolutos, pero algo podemos emprender, que al menos sirva para mostrar el camino de lo que debe y puede ser.
Algún día los jóvenes de hoy se plantearán estas mismas reflexiones, porque en el Imperio del Tiempo, lo que será ya fue y lo que fue será.
Evidencias hay muchas, pero si alguien se interesa , que consulte la sagrada escritura, particularmente las cartas del Apostal San Pablo y se sorprenderá de las sociedades que Pablo describe, parece una crónica social de hoy, pero escrita hace como dos mil años.
Las piedras también cantan su historia, y los vestigios de anteriores civilizaciones, son elocuentes en la ciclicidad de la vida y de las sociedades.
Cuando las piedras hablan; los hombres tiemblan, decía por ahí uno de los libros famosos de los años setentas, cuando tras la segunda guerra mundial y la aparición del rock, la chaviza descubrió que el ser humano tiene un componente metafísico, espiritual o como usted ordene, pero existe.
Tan existe que conjuntamente con la inagotable complejidad biológica, se agregan las energías, las emociones y los sentimientos, convirtiendo al ser humano en un sistema múltiple e indescifrablemente complicado, o como decían los abuelos; cada cabeza es un mundo.
Bienvenidas las nuevas generaciones, renovadoras de la humanidad y herederas también de los avances científicos, artísticos, tecnológicos y de la nueva configuración de la cultura universal con todo y globalización incluida por el mismo precio.

No hay comentarios: