miércoles, 30 de abril de 2008

Conocimiento y Política

Hemos comentado en anteriores artículos que la política es un arte.

Un arte que se auxilia de varias técnicas, para lograr un fruto, una obra con excelencia de expresión, que trasciende a las propias técnicas y por supuesto, al artista.

Cada obra de arte es un hijo que el artista moldea en el pensamiento y pare con el corazón.

El conocimiento es la esencia de la vida expresada en el deber ser, desde la perspectiva de la vida.

Es la contribución de la prudencia, alimentada por una matriz de circunstancias que pueden dar mil rostros a la cultura y a la vital experiencia, pero que nunca debe perder su esencia.

El conocimiento, antes de serlo, debe superar el filtro de la conciencia y del corazón. De lo contrario siempre será simple información.

Si el arte de la política busca como obra maestra, construir superiores estadios de desarrollo integral humano, entonces estamos hablando de humanismo a secas.

Y para levantar esas magnas estructuras institucionales, al servicio de la humanidad, debe estar siempre abierta a toda fuente de conocimiento, a todos sin excepción.

Más en los tiempos y circunstancias que estamos transitando, se aprecia la persistencia de los desencuentros entre ciencia y política, entre administración de los recursos comunes y la visión tecnológica que los puede optimizar en tiempo, forma y objetivos.

Está pendiente esa conciliación, es urgente ese dialogo, para que los mejores frutos de ambos mundos, generen un híbrido que supere las vulnerabilidades presentes y fortalezca las capacidades futuras.

Pero ese dialogo exige un previo estadio de disposición, y se llama humildad.

Sólo con humildad y conciencia de nuestras individuales limitaciones, podemos buscar orientación y ayuda en las demás fuentes de conocimiento y mejorar la oferta de cada gestión.

La ecuación que ayude a tal conciliación, puede partir de una visión común: Todos podemos y debemos apoyar la vida presente y futura.

Con esa convicción podemos entonces entender que no hay profesión o disciplina subordinada de otra, por que todas y cada una en sus respectivos campos de conocimiento, aportan ayuda y soporte a la vida, como el máximo proyecto. Lo demás es simple coordinación.

Aquí radica precisamente una de las verdades de la nueva matriz mundial de la evolución; la prioridad es a vida y es la razón de ser de todo oficio o profesión.

Quienes conscientemente atentan contra la vida, convierten en un infierno su propia existencia, aquí.

Sin paz ni tranquilidad a ninguna hora, hasta renegar de la opción que decidieron tomar. Pero eso no se publica porque no da prestigio, ni nadie está dispuesto a exhibirse como un fracasado; nadie publica los infiernos que lleva dentro.

Todos queremos lucir exitosos, bellos y contentos.

Muchos dolores de cabeza nos puede evitar el verdadero conocimiento que es privilegiar la vida en toda circunstancia y momento.

Por eso cuando de vida comunitaria se trata, muy saludable es promover que la política escuche a las fuentes del conocimiento, y no solo sea en actos de protocolo, en los eventos electorales.

Proponer una agenda para el dialogo puede tener riesgos, estamos de acuerdo, el menor quizá, recibir críticas; pero una crítica sustentada y de buena fe a nadie mata, y en cambio una política publica inadecuadamente sustentada y mal parida puede matar a muchos, sin proponérselo.

Las carencias en materia de agua, desarrollo urbano, derechos humanos, producción de alimentos, salud pública y energía, entre otras prioridades, son tantas, que el dialogo entre ciencia y tecnología, y el arte de la política, es cada día mas importante y urgente.

A destiempo, aún contado con recursos financieros suficientes puede haber problemas comunes que no podamos resolver, porque hay algo muy claro en la naturaleza, todos sus procesos requieren de un tiempo de gestación y maduración. No podemos generar un bosque en quince días, ni un niño en quince semanas, porque necesita de cuarenta a cuarenta y dos.

El planeta, el soporte de la vida, está en sala de urgencias, no esperemos que llegue a terapia intensiva.

Juntos podemos revertir los procesos de degradación hacia una verdadera regeneración.

Pero juntos, todas las disciplinas enfocadas hacia un objetivo supremo y común: la vida.

Dejo una súplica en las manos de todos y cada uno de millones de lectores de Humanismo 21, sean felices, para que valoremos más la vida, por sí misma.

No hay comentarios: